REVISTA MARTINTXO

San Martin Merkatua lanza Martintxo, una nueva publicación gratuita de carácter mensual cuyos contenidos girarán principalmente en tornos a dos ejes. Por un lado, la puesta en valor y promoción de los productos de temporada a través de recetas y píldoras informativas sobre los mismos. El otro eje de contenidos lo determinarán las actividades y los eventos que se desarrollarán mensualmente en el mercado.

 

En junio de 2022 se entrevista a:

MIKEL ARANBURU URRUZOLA

Grabador y orfebre comprometido con el cuidado del planeta

 

Soy Mikel Aranburu. Donostiarra de 57 años dedicado al mundo del grabado y la orfebrería desde hace más de 30 años.Tengo un pequeño taller en el barrio de Gros de Donostia que me sirve de escaparate para mostrar mis creaciones. Desde los inicios he trabajado con metal, pero fué hace unos pocos años cuando investigando descubrí el zinc. Un metal blando de fácil moldeado que se puede reciclar. Disfruto trabajando, transformando planchas de zinc en peces decorativos. Me encanta el mar, el bodyboard y nadar. Soy inquieto, meticuloso y perfeccionista. Hay algo que siempre he querido hacer y no he encontrado el momento, un curso de submarinismo y un viaje al fondo del mar.

¿Qué es el mar para tí?

Tengo la suerte de tener el taller a pocos metros de la playa y a diario, antes de comenzar la jornada laboral doy un paseo por la Zurriola, hábito imprescindible y necesario para mí. Los deportes marítimos son mis hobbies. La sensación de flotar en un entorno natural me relaja, me calma, aunque haya oleaje. El mar es parte de mi vida; siento que tengo una conexión especial. Y se disfruta mucho de un mar limpio, que es como deberíamos mantenerlo entre todos.

Eres conocido como “el artista de los peces” de Donostia. ¿Cuál dirías que es tu pez fetiche?

Mi pez fetiche, sin duda, es la sardina. Sobre todo hago peces autóctonos: rodaballos, lubinas, besugos, bonitos, doradas…Pero el que más éxito tiene es la sardina. Un pescado muy nuestro. Tanto, que tiene un rincón en nuestra tienda dedicado a ella, como decoración de pared, collar, broche o brazalete.

Sardina Ibiltaria, es un proyecto que hicimos en colaboración con Junkal Lertxundi y Ainhoa Aranburu, con un cuento y una ilustración añadida a la sardina. Tiene mucho éxito porque se interactúa con la persona que lo recibe mediante fotos que comparten con nosotros y subimos a redes sociales. El que quiera participar nos hace llegar la foto de la Sardina donde quiera que esté. De ese modo, la sardina cumple su sueño: viajar por el mundo.

Orfebre y grabador en el siglo XXI. ¿Cómo explicarías a un niño a qué te dedicas?

La orfebrería y el grabado son oficios muy antiguos, los primeros conocidos en Europa son del siglo XIII y es una pena, pero hoy día, apenas hay artesanos como yo que se dediquen a esto. Es un oficio que se está perdiendo porque las prioridades de la gente hoy no son tener un sello de oro grabado con el escudo de su apellido o unas alianzas grabadas a mano que jamás se borrarán. Actualmente se da mucha importancia a la decoración y a las obras de autor, que sean únicas y especiales. Por eso yo también he tenido que evolucionar, descubrir materiales adecuados que no contaminen y ofrecer algo diferente.

Básicamente a lo que me dedico es a transformar un trozo de chapa en desuso o una madera recogida en la playa en una pieza decorativa. Para esa transformación utilizo herramientas básicas como tijeras, martillo, buriles, lijas y pintura.

Tus obras están realizadas con materiales que otras personas desechan. ¿De dónde te viene el compromiso con la sostenibilidad y el cuidado del medio ambiente?

Es algo innato y educacional. Me gratifica sacar provecho de un material de desecho y ver que el resultado final, visualmente es el mismo. Cuando se utiliza un material de desecho y al terminar el proceso ver que el resultado final es igual, pero en el camino no he contaminado es muy gratificante. Y quiero aprovechar para agradecer a la gente comprometida como yo, fontaneros del barrio que me traen retales sobrantes de sus obras para que yo las aproveche. Así debería ser. Colaborando entre todos, haciendo trueques. Porque a lo mejor lo que a mi me sobra, a otro le falta y viceversa. Durante muchos años hemos caído en el consumismo compulsivo de comprar y tirar cuando nos hemos cansado. Pero las nuevas generaciones creo que vienen concienciadas de que hay que cambiar estos malos hábitos.

Sin querer caer en el catastrofismo, ¿qué mundo vamos a dejar a las siguientes generaciones? ¿Somos conscientes de que el cambio climático es una realidad?

Se dice que en pocos años va a haber más plástico que peces en nuestros mares. Y es que se han hecho auténticas barbaridades. Mares y playas llenas de plástico y basura como si el océano fuera un agujero que lo traga todo. Pero creo que todavía estamos a tiempo. Sin duda la base es la educación.

¿En qué lugar del mundo te gustaría ver expuesta alguna de tus obras?

A todo el mundo le gusta ser profeta en su tierra y sintiéndome orgulloso de mis raíces, en cualquier rincón de Euskal Herria en el que se valore y aprecie mi trabajo artístico. Exponer en museos como el Museo San Telmo de Donostia o el Museo Guggenheim de Bilbao me sería muy gratificante.