MIKEL ARANBURU
Mikel Aranburu Urruzola nace en San Sebastián-Donostia y aprende el oficio de orfebre y grabador en casa, de la mano de su padre Carlos Aranburu, artesano de la ciudad. Después de estudiar en la Escuela de Cocina y conocer el mundo de la Hostelería, se aparta de los fogones y pasa un tiempo familiarizándose con el grabado, que en breve se convertirá en su verdadera pasión.
En 1992, Mikel y su hermana Olatz deciden emprender juntos un negocio propio y abren la tienda taller del número 11 de Paseo Colón, en pleno corazón del barrio de Gros, cerca de la Playa de la Zurriola. Es en ese pequeño espacio próximo al Mar Cantábrico, donde crece su intuición artística y Mikel da rienda suelta a su mundo interior, regalándonos su particular manera de ver el Mar, sentir la Naturaleza y reutilizar los materiales
Su curiosidad artística y su incansable mente creativa, le llevarán a experimentar con materiales extraños a su oficio, como el zinc, el cobre, el latón, la madera o el hueso. Pronto, la destreza de sus manos transformarán en arte y escultura esas simples chapas de metal reciclado, dotándolas de una nueva vida.
Perfeccionista y detallista por igual, trabaja nuevas técnicas como el dibujo, la pintura y la talla, para conseguir acabados aún más realistas. Su escaparate se llena de peces autóctonos: sardinas, besugos, meros, rodaballos,… presentados en soportes reciclados de madera y pizarra. Continua ampliando su particular fauna, con nuevos materiales como la resina para crear también especies exóticas.
La influencia en sus inicios en el mundo de la cocina se ve también reflejada en alguna de sus colecciones en las que presenta esculturas de “pintxos” y platos propios de la Gastronomía Vasca, con un acabado tan realista que incitan a ser probarlos.
El concepto básico de su obra se fundamenta en reutilizar los materiales, fiel reflejo de su íntimo compromiso con el Medio Ambiente y la Naturaleza. Su obra, original y reflexiva, invita a tomar conciencia de la importancia de cuidar nuestros mares y preservar el Ecosistema.
Su obsesión creativa y su compromiso con del mundo marino, le consolidan como “el artista de los peces” de Donostia.