Mano de Irulegui

 

La mano de Irulegui​ es una pieza arqueológica hallada en un yacimiento del poblado de la Edad del Hierro, siglo I a. C., situado al pie de las ruinas del castillo de Irulegui en Laquidáin, valle de Aranguren, en Navarra, España.

 

Se trata de una placa de bronce en forma de mano extendida en cuyo dorso figura una inscripción de cuatro líneas escrita, según los expertos, en lengua vascónica, dado que la primera palabra ha podido traducirse por comparación con la lengua vasca actual. Fue hallada en 2021 y presentada al público en noviembre de 2022, causando gran expectación por ser la inscripción más antigua hallada en ese idioma. El poblado, excavado y estudiado por la Sociedad de Ciencias Aranzadi bajo la dirección de Mattin Aiestaran, habría sido incendiado en el contexto de la guerra sertoriana.

 

Hallazgo

La Sociedad de Ciencias Aranzadi realizó trabajos de recuperación del castillo medieval, y a partir de 2017 localizó, al pie del castillo, un poblado de la Edad del Hierro datado en el siglo I a. C., que se ubicaba en territorio que las fuentes clásicas atribuían a los vascones. El poblado fue abandonado tras el incendio que sufrió en el contexto de la guerra de Sertorio.

El yacimiento ha sido excavado y estudiado por Aranzadi desde ese año, y en él se han encontrado multitud de piezas arqueológicas.

 

El 14 de noviembre de 2022 el Gobierno de Navarra comunicó oficialmente un hallazgo de excepción realizado en dicho yacimiento. ​En la campaña, dirigida por Mattin Aiestaran, se encontró una pieza de bronce con forma de mano derecha extendida, con una escritura en el dorso realizada en caracteres paleohispánicos, anterior a la llegada de los romanos a la península. La lengua usada en ella fue definida por los especialistas en epigrafía paleohispánica y lingüística indoeuropea Javier Velaza y Joaquín Gorrochategui como «vascónico», y relacionada con la lengua vasca actual.

 

La mano de Irulegui fue hallada bajo el adobe de los muros de las viviendas derruidas tras ese hecho bélico por la arqueóloga Leire Malkorra el 18 de junio de 2021, y depositada en el Departamento de Restauración del Gobierno de Navarra.

El 18 de enero de 2022, en el proceso de limpieza y restauración que llevaba a cabo Carmen Usúa, ​esta halló una serie de rayas y puntos que, examinados con detalle, dieron como resultado la identificación de texto en la pieza de bronce.

 

 

Descripción

La pieza arqueológica en cuestión representa una mano derecha extendida de unos 14,5 cm de longitud, recortada de una lámina de bronce, cuya pátina contiene un 53,19 % de estaño, un 40,87 % de cobre y un 2,16 % plomo, algo que es habitual en aleaciones muy antiguas. Contiene unos 40 signos, que corresponden a cinco palabras, distribuidos en cuatro líneas. Es lisa por el lado de la palma, mientras que en el dorso presenta la forma de las uñas, aunque no se han conservado las correspondientes a los dedos anular, corazón e índice. En el centro del extremo cercano a la muñeca hay una perforación de 6,51 mm para clavarla en una madera. Sus medidas son: 143,1 mm de altura, 1,09 mm de grosor, 127,9 mm de anchura y 35,9 g de peso.

 

Interpretación

La transcripción de los caracteres hallados en la pieza ha dado el resultado de poder entender la primera palabra desde la similitud con el euskera actual, según la interpretación de los lingüistas Joaquín Gorrochategui y Javier Velaza. Dicha palabra se transcribe como SORIONEKU, relacionada con el actual zorioneko, que en castellano es dichoso, afortunado. El resto del texto todavía está sin descifrar.

Esta palabra se convierte en el primer texto escrito en lengua vascónica y además escrito en un signario que es también vascónico, con un sistema gráfico derivado del sistema ibérico.

Se interpreta como un epígrafe ritual de buena fortuna colocado a la entrada de una vivienda, similar a los existentes en muchos lugares que han sobrevivido hasta la actualidad. Para el grabado de los caracteres se han utilizado dos técnicas de escritura diferentes, lo cual es desconocido en la epigrafía antigua del mundo occidental. El grabado se ha realizado mediante la técnica conocida como «puntillado», pero antes de realizarlo se han trazado esgrafiadas, incisiones realizadas en el bronce con un instrumento punzante.

Repercusión del hallazgo en  la sociedad

Bulego

El grupo de música de Azkoitia ha publicado una canción titulada Irulegiko esku, que ya está disponible. Bulego ha lanzado la canción cuatro días después de que Aranzadi diera a conocer el hallazgo. «El nacimiento de esta canción es un rápido exponente de lo que esta noticia nos ha generado a nosotros dentro», señalan los músicos. Tomás Lizarazu ha escrito la letra de la canción.

Mikel Aranburu y  la mano de Irulegui

«El artista donostiarra Mikel Aranburu reproduce el hallazgo en collares y predice una oleada de nuevos formatos con este símbolo».

Nada más leer la noticia del hallazgo creyó que sería buena idea adaptarla a un collar. “Pensé que sería muy bonito poder llevarla encima. Es un símbolo para estar orgullosos”. Y al siguiente día de la noticia, tenía hecha la primera mano, siendo protagonista en numerosos medios:

 

https://www.noticiasdegipuzkoa.eus/sociedad/2022/11/16/mano-irulegi-convierte-nuevo-icono-6237320.html

https://www.diariovasco.com/gipuzkoa/mano-irulegi-icono-tiron-gipuzkoa-20221118190159-nt.html

https://www.berria.eus/paperekoa/1920/038/001/2022-12-13/sinboloak-bitxi.htm

https://www.eitb.eus/es/television/programas/nos-echamos-a-la-calle/videos/detalle/9019496/quien-no-corre-vuela-un-joyero-donostiarra-vende-colgantes-con-mano-de-irulegi/

Hoy día, las vende como collar, broche o como bienvenida al hogar en el tamaño original en la Web o en la tienda física del paseo de Colón 11 de San sebastián.

             

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